Para gustos los colores. Solo encuentro unanimidad en los comentarios positivos de las editoriales y las páginas de internet donde se venden (¡faltaría más!).
Concuerdo más con los comentarios en los que se advierte de lo tedioso que llega a ser por su longitud, su narración sustentada básicamente en el diálogo incongruente, innecesario, que no lleva a ninguna parte ni describe personalidades ni caracteres, pero que alarga insufriblemente el texto.
Empecé el libro con la ilusión de mucho tiempo de espera con la curiosidad de la fama que le precedía, pero me ha llevado más de un mes poder terminarlo, más por aquello de 'a ver hasta dónde llega', que por un interés real personal.
Puedo concordar con los que opinan que a ratos tiene ese aire quijotesco de locura y de arremeter contra todos y todo, pero sin un fin definido, solo cambios en la mente desquiciada del protagonista que, en ocasiones, parece que son una mera ocurrencia metida con calzador por el autor.
Admito que ocasionalmente me ha sacado alguna sonrisa, quizás disfrazada de algo parecido a un estilo 'wilde-niano'. En realidad, con tanto diálogo, diríase una obra teatral, más que una novela.