Esta adaptación de Blancanieves es un desastre. La historia es incoherente, con escenas mal armadas y cambios apresurados que la hacen imposible de seguir. Rachel Zegler no convence ni en apariencia ni en actuación, oscilando entre dulce e irritante sin sentido. El vestuario es pobre, los efectos decepcionantes y los enanos generados por CGI resultan extraños. Además, la agenda "woke" se siente forzada, con cambios innecesarios que restan coherencia al cuento. Ni siquiera es entretenida; no provoca risas, solo aburrimiento. Un fracaso absoluto.