No he sido yo nunca una cinéfila empedernida ni nada parecido, es una de mis primeras pelÃculas de autor y le estaré completamente agradecida por ello. Simple y claramente, una obra maestra.
Leo mucha gente por aquà criticando lo poco explotado que está el 'tipico paisaje japonés'. Y es que, desde nuestra perspectiva occidental, Japón es eso, cerezos, calles abarrotadas y templos budistas. Pero Japón va mucho más allá, tiene largas y sinuosas carreteras que llevan al fin del mundo, edificios interminables que se comen las acogedoras casitas (como la de la pareja coreana), y mil cosas más.
Por otro lado, las actuaciones son muy, muy buenas. El momento en que el actor principal le cuenta la historia completa al director, estando a punto de romperse, desvistiendo el alma de Oto de una manera en la que su marido nunca habÃa podido percibirlo... Simplemente impresionante.
Y el relato sobre Sachi, lo único que unÃa a la conductora a su madre, siendo esa niña su única compañera en el mundo, y como decidió que no merecÃa la pena conservarla si iba a seguir sufriendo, es realmente conmovedor.
También las escenas de sexo, criticadas por alguien por aquà me resultan incluso necesarias tras haber visto el filme completo. En un principio resultan violentas, incómodas e inentendibles, pero cuando llegamos a saber toda la información sobre la muerte de Oto resultan plenamente esclarecedoras.
Una muy buena pelÃcula que me deja con ganas de conocer más cine japonés y asiático en general.