Sabes que va a ocurrir. Sabes que no te va a gustar. Aún asÃ, separas los dedos de la mano y espÃas desde la distancia. Es una ansiedad adictiva, el anhelo por tocar el fondo oscuro del precipicio, la curiosidad por lo desconocido. Cuando todo ha pasado y crees estar a salvo, te inunda una sensación orgásmica