Lamento estar en minorÃa. Una pelÃcula conformista, sentimental en el mal sentido del término y profundamente reaccionaria, ¿El mensaje? Bueno: sea idiota y vivirá feliz. Si prefiere ser un activista, hacer algo para tratar de cambiar lo que está mal en el mundo va a terminar mal, como muchacha de la pelÃcula. Admitamos su solvencia técnica, su buen elenco y su ocasional ingenio, pero apostarÃa que es de exhibición obligatoria par adherentes al Partido Republicano