Duele escuchar, con impotencia, la voz de las madres de estos muchachos. Se repite lo de Antuco. Me llama la atención la indolencia de ese general zonal, que sin ninguna empatia hablo de compensación económica, no mostró ninguna señal de congoja con la familia. Ese general deberÃa llamar a retiro inmediato a los jefes de las guarniciones. Y ojalá que no pase lo mismo que con Cereceda (unico condenado en Antuco) que, fue contratado por el ejercito. Las redes de influencias y protección siguen operando en las FFAA