Tener una razón para vivir
Ikigai: The Japanese Secret to a Long and Happy Life
Mastiqué cada silueta de manzana
y la empapé de miel.
El tiempo es un laberinto.
Todos son laberintos y cuchillos clavados.
Festejé navidades,
me emborraché en diciembre
comí cordero asado.
Y caminé a Luján para escribir aquella crónica
que nadie leerá.
Desangré un libro que escribió Primo Levi
antes de suicidarse.
Y leí a Benjamín,
después de suicidarse.
Fui a ver un museo donde los muertos hablan.
Y leí los nombres de los muertos
uno por uno los leí.
Fui a la milonga para escribir aquel ensayo
la literatura es soberbia
y yo no sé bailar el tango.
No creo que todo fuera cuestión de voluntad.
Vi a Jesús crucificado
una y otra vez en la villa 21-24.
Y repensé
una y otra vez
eso que dijo Leibniz
sobre la elección de Dios:
“que éste es el mejor
de los mundos posibles”.