Horrorosamente doloroso. El autor escribe casi en segundo plano sobre las monstruosidades que la humanidad practica y lo hace con la apacible calma y dulzura de la vida de inocentes jóvenes; imposible no pensar en ellos como "humanos" quienes están destinados a servir como piezas de repuesto hasta diseccionarlos totalmente sin más piedad. En contraste la narración es delicada por momentos monótona, pero en general esto permite describir con detalle la sensibilidad e ingenuidad de sus actores.