es CINE CON MAYÚSCULAS. La relación de los personajes es magnética y consigue crear tensiones que parece que van a derivar hacia un camino en la trama, pero luego juega brillantemente con el espectador, tanto el más cinéfilo, plagado de homenajes cinematográficos y guiños a otras pelis, como el que no. Una preciosa comedia romántica. Me encanta como consigue poner a dos protagonistas desconocidos en el podio y, por otro lado, jugar con actores de renombre a su antojo en papeles secundarios. Posiblemente de lo mejorcito del cine de Estados Unidos actual.