Solo tenÃa 9 años, amaba demasiado a las dokis, tenÃa todos los juegos y su mercancÃa coleccionable, les rezaba cada noche antes de irme a dormir, agradeciéndoles por la vida que me habÃan concebido, "Las dokis son amor, las dokis son vida". Mi padre entra a mi habitación y me llama lesbiana. Yo se que tiene envidia por mi devoción a las dokis, lo llamo imbécil, el me golpea y me grita mandándome a dormir. Estoy llorando y mi cara duele, pero un calor se acerca a mi espalda y siento como algo robusto me toca por detrás. ¡Es Monika!, estoy tan feliz