Es una excelente narrativa que nos presentan las vicisitudes que tuvieron que afrontar los iniciadores de la Independencia de México. No es tanto desconocido para mí leer tantas injusticias que se cometieron durante los largos años que duró dicha lucha. Mi abuelo paterno participó en el movimiento de La Revolución Mexicana y de él tengo grabados también cuantas injusticias se cometían con los pobres y él me decía, no todo lo que dicen los libros de historia es verdad.
Me duele todo el sufrimiento que pasó Leona Vicario y admiro su gran valor que dejó todo por la ansiada libertad. Y también me duele cuando sufrió al lado de D. Andrés Quinana Roo y que a ella no le dieron el honor de dejarle su nombre al estado de Coahuila que bien lo merecía y que ella con su humildad no se hubiera sentido. En general este título me llega porque como mujer aprendí que nunca se debe uno rendir y siempre saber levantarse tantas veces como llegue a caer.