Un libro en el que se idealiza una relación tóxica con un drogodependiente me parece una aberración y más si el público de destino de esta publicación son mujeres adolescentes. Habría que plantearse, qué queremos enseñarles a las nuevas generaciones y desde luego este mensaje no nos hace adelantar, ni protegernos, ni cuidarnos, ni seguir vivas compañeras.