Más que el libro en sí, me llama poderosamente la atención los últimos comentarios.
Es un libro clásico, de una profundidad en la dualidad interna del ser humano que al parecer tristemente no es entendida por todos.
Por otro lado, recomiendo que siempre al leer un libro, debe contextualizarse en el tiempo en que fue escrito; en este caso, 1928 donde la sociedad tenía otra visión del mundo, de los deberes más que de los derechos y de los roles del hombre y mujer.
Gran obra, que deja al debe la capacidad contemporánea de entenderla.