Simitrio y el viejo y ciego profesor Cipriano nos envuelven en un sube y baja de emociones, recordándonos nuestra propia relación con cada uno de nuestros profesores que nos ilustro y pulió académica mente durante nuestra etapa de estudios. A mis profesores que el menos o más estrictos los recuerdo con mucho ¡AGRADECIMIENTO!,