Lo compré cuando estuve de viaje por 40 días recorriendo Colombia. El libro es ágil como lectura de verano, pero complejo, como la realidad colombiana. Violencia, algo de humor negro, amor, incoherencia, deseo, añoranza y un recorrido por la realidad mágica de un país tan hermoso como bestial. Narcotráfico, la DEA, paramilitares, políticos corruptos, guerrilla, desplazados, místicos, víctimas inocentes y sicarios son solo parte del entramado político que se teje desde las cúpulas hasta los barrios bajos. Es uno de esos contextos (o texto) donde todo parece absurdo, pero a la vez ese absurdo posee una lógica y una razón de ser.
Un libro fresco y terrible. Resultó un gran compañero de ruta. Altamente recomendable.