Pésima película pero cumple con su cometido. Pareciera pobre de argumentos y contenido, pero no lo es. Abarca todos y cada uno de los elementos utilizados por el Gobierno para crear división y adoctrinar a la población. Refuerza los estereotipos que el gobierno de López Obrador promueve todo el tiempo. Los protagonistas son una familia de clase media “superficial y aspiracionista”, al servicio del empresario rico, malévolo, machista y negrero (prácticamente sociópata). La “familia pobre” retratada de una forma ridícula y majadera para provocar enojo y más división. Damián Alcazar es seguidor y promotor de la 4T, pero por la trayectoria de Luis Estrada y por sus propias palabras en varias entrevistas, esperaba que esta película retratara la realidad actual del país, a su manera. Pero al parecer, Estrada es hoy parte de la dinámica que sus sátiras retrataban, pero como actor estelar y en apoyo al régimen de gobierno que hoy se quiere perpetuar en el país.