“El Hoyo 2” intenta expandir el universo de su predecesora, pero falla en capturar la esencia claustrofóbica y crítica social que hizo destacar a la original. En lugar de profundizar en el simbolismo o proponer nuevos dilemas éticos, la secuela se siente repetitiva y cae en los mismos recursos narrativos sin aportar una perspectiva fresca. Los personajes carecen de la profundidad necesaria para que el público se sienta verdaderamente conectado, y el guion, lleno de diálogos forzados, no logra el impacto emocional ni filosófico que pretende. En general, “El Hoyo 2” se percibe como un intento poco inspirado de capitalizar el éxito de la primera entrega, sin ofrecer un contenido realmente innovador o reflexivo.”