Le doy gracias a Dios por haber terminado por fin este libro, porque lo abandoné al menos unas 6 veces. La única razón por la que insistía en darle más oportunidades es que por algún motivo, las reseñas lo alaban y prometen carcajadas, le hicieron un monumento al personaje y ganó un Pulitzer póstumo. Es un libro desesperante, repetitivo y mal proporcionado en cuanto a la extensión de los eventos.
El capítulo 8 es en mi opinión el más gracioso (si es que el libro trata de divertir), pero se tiene que soportar los primeros siete para que provoque este efecto. Le siguen el 12 y 13, que dan algo de justicia a la irritación del lector. Los mejores párrafos son cuando no aparece su protagonista, hay algunos personajes secundarios con los que se empatiza mucho más.
Para terminar, si alguien lee los primeros capítulos y el libro no le atrapa, le aconsejo que no lo termine de leer, no vale la pena, no cambia.