Panfleto pleno de propaganda personal, con una visión mesiánica y sectaria del mundo completamente vacÃa de principios desde la ortodoxia ética. Es un retrato certero de una sociedad infantilizada, acritica y carente de memoria, con el culto a la imagen como único valor. Sanchez no es la enfermedad de España, aunque el decirlo pudiera lesionar su ego es sólo el resultado chusco de la misma.