Es un juego programado para ayudar a uno de los dos equipos. No permite demostrar ninguna habilidad en el conocimiento del juego, ni los movimientos en el fútbol. Fifa no entiende, por ejemplo, que los altos porcentajes de perfiles que deciden salirse de un juego, casi siempre se deben al sentimiento de frustración que siente el jugador al darse cuenta que el programa está facilitando la victoria al contrincante.