La obra nos lleva a un mundo donde el Eje ganó la guerra, luego de que Estados Unidos no se recuperara de la Gran Depresión y cediera en el conflicto. Al contrario de lo que yo esperaba cuando empecé a leer, no es una historia épica donde el bien y el mal chocan, sino un viaje a nuestras propias reflexiones mientras lo leemos.
El libro nos cuenta a una historia simple, que muestra lo suficiente de su mundo para que nos sumerjamos a pensar en cómo serían las cosas de otro modo, y lo aleatorio de los eventos trascendentales que definen la civilización. Hay un road trip, una trama de espionaje, una crisis espiritual y un grupo de personas tratando de salir adelante, todo cotidiano, pero dentro de un mundo que se nos muestra hostil y despiadado. Sin embargo, todavía lo sentimos familiar, donde los poderosos siempre tienden a comerse entre sí por su ambición y los imperios palidecen con el tiempo.
Philip K. Dick tiene una narrativa muy simple y atrapante, no necesita ser épico para crear mundos enteros y ahí yace su genialidad.
Muy buen libro.
«El universo no advierte mi presencia, soy invisible. ¿Y por qué corregir esta situación? Los dioses destruyen todo lo que ven. Si uno admite la propia pequeñez escapa a los celos de los grandes.»
- Philip K. Dick.