Un guión paupérrimo que maneja el drama del Proceso como telón de fondo de un forzado romance homosexual, lleno de clichés. Ambientada, supuestamente, en el amanecer de la democracia, pero sin la menor mención sobre la situación socioeconómica y polÃtica del paÃs. Un teatro de revistas patético dirigido por un desconocido Gil Navarro (lejÃsimo de sus bien ganados laureles), siempre al borde del exceso... Flojas actuaciones, también, de Virginia Lago, en el papel de Abuela de Plaza de Mayo, que más nos recuerda a la simpática presentadora de pelÃculas de la tarde y de un Federico D'Elia que promete pero no remonta nunca de sus bajas performances... Federico Amador en su trillado papel de médico sucio pero bueno (más propio para Facundo Arana) y, como frutilla del postre, el "malo", encarnado por Alan Daicz, bastante malo, por cierto. El resto del elenco no escapa de esa medianÃa. Lamentable la producción: casi sin exteriores. "Malos" malisimos y "buenos" estupidos, como en cualquier novela barata. Una lastima tanto desperdicio en esta pobre ficción nacional. Háganse un favor y huyan del bodrio!!!