Desde niño me ha encantado el cine de acción, y como no podía ser de otra forma, creo que uno de sus máximos representantes (sino el que más) ha sido Arnold Schwarzenegger; un actor con un carisma tan grande que inunda la pantalla cada vez que aparece en ella. Obviamente, el tiempo pasa para todos y es de sabios saber reciclarse. En los últimos años, hemos visto como Arnold, consciente ya de su edad y de sus limitaciones físicas ha optado por papeles que explotan más su lado dramático y que quizá puedan suponer un mayor esfuerzo para nuestro querido Terminator dado que ya no sólo depende de sus músculos y de sus frases lapidarias.
De manera que ya con la presentación hecha y dejando las cosas claras, empezamos. “Aftermath” (“Una historia de venganza”) es un drama, NO una película de acción. Aunque esto parece evidente, es probable que muchos vean la película esperando ver a Arnold urdiendo una venganza al más puro estilo “Commando” y nada más lejos de la realidad. Ésta, es una película intimista, seria, de ritmo lento y pausado, que mima a cada uno de los personajes de la cinta y trata de mostrarnos cómo van afrontando la situación que supone el punto de partida de la historia. En este sentido, no puedo quejarme de la actuación de ninguno de los actores, y es más, creo que ya va siendo hora de reconocer que Arnold no sólo vale como ser inexpresivo para dar vida a una máquina sino que también puede afrontar retos interpretativos como se le plantean en esta cinta o en otra también maltratada como “Maggie”.
No obstante, he de reconocer que la historia y el mensaje que pretende transmitir ya ha sido explotado en muchas ocasiones y por ende, no llega a sorprender. Esto hace que la película tenga un cierto sabor a “Deja vu” constante; pero es de obligado visionado para todos aquellos que somos fans de Arnold para ver otra faceta suya. Si a usted nunca le intereso lo más mínimo el cine de Schwarzenegger, es bastante probable que esta película le deje frío pero porque el tema del que habla, y perdone mi insistencia, está ya demasiado explotado.
A pesar de los pesares y en contra de todo el mundo, seguiré viendo tu cine Arnold; porque me parece que éstas últimas propuestas son arriesgadas, por tu leyenda y porque al menos a mí, me sigues dejando pegado al asiento.
Gracias.