No ya una reseña, más bien un comentario, personal, por supuesto, si por éllo no incuestionable, tampoco falto de valideznecesariamente. Estamos ante un libro escrito muy poco antes del colapso mental (prefiero llamarlo así que locura) que se abatió sobre Nieztsche y enque és se abatió definitivamente. En el libro, que considero imprescindible para entender a Niezsche, un Nieztsche explicado por él mismo, junto a la agudeza e inteligencia propias de su autor, se va apreciando según se avanza ensu lectura un progresivo delirio, supongo paralelo al de su escritura. El delirio antedicho hace que a muchos nieztscheanos esta obra les resulte incómoda, pero siguiendo eso de "in vino veritas", diría que en ella se revela una veritas profunda y última de Nieztsche y que no se lo conoce realmente si no se conoce este, en efecto, Ecce homo.
En su frase última, "Dioniso contra el Crucificado" no puedo dejar de ver, no puede dejar de insinuarseme, insinuación o indicio, no certeza, aclaro, que al final Nieztsche viene a tenerse, y no metafórica sino realmente, por una encarnación del dios, del dios Dioniso.