Un auténtico tostonazo. TenÃa buena pinta pero lenta como ninguna. Por muchos momentos insoportable. Ni tanto ni tan calvo, como se suele decir.
El trasfondo cómo no, un alegato anticlerical, mejor dicho anticristiano (claro, con los remilgos y exageraciones a los que estamos acostumbrados que crean la atmósfera acertada para manipular al espectador), muy del gusto de estas plataformas voceras del globalismo. En parte acertado -ya que la Iglesia ha sido un instrumento más de poder-, si no fuera porque ya sabemos con qué bueyes aramos.