Cuando vi "A Ghost Story", no pude evitar sentir una profunda nostalgia. Me identifiqué tanto con el personaje de la esposa, en su forma de atravesar el duelo —como en la escena en la que intenta llenar el vacÃo dejado por su esposo comiendo compulsivamente—, como con el fantasma, ante la impotencia de no poder recuperar el tiempo perdido.
Esta pelÃcula me hizo reflexionar sobre mi última relación. Aunque mi ex no murió fÃsicamente, para mÃ, su partida representó la muerte de ese mundo que compartÃamos, la muerte de una ilusión que nunca pudo realizarse. Lidiar con ese duelo fue muy difÃcil; me tomó muchos meses aceptar la pérdida, durante los cuales seguÃa esperando que volviera.
Finalmente, cuando él me contactó de nuevo y me confesó que habÃa dormido con otra mujer, entendà que eso marcaba nuestro verdadero final. Fue en ese momento que acepté el cierre y decidà dejarlo ir. Ahora, aunque admito que todavÃa lo amo, me siento más libre y capaz de seguir adelante sin esperar nada. Aprecio los momentos que compartimos y sé que di lo mejor de mÃ. He aprendido de esta experiencia y aplicaré lo que aprendà a las personas que me rodean.