Es sin duda, dentro de la forma de entender la vida en todo su contexto de la cultura y la tradicion del pueblo Japones, un diafano y sublime ejemplo de la aceptación del devenir del destino en sus multiples facetas. Por supuesto, hablamos de una cultura tan diferente a la occidental, tan distinta en múltiples rangos, que siempre debemos acercarnos a ello con suma delicadeza y abertura de mente y como no de espíritu.
Si se tiene esto en cuenta a la hora de afrontar su lectura, lo recomiendo encarecidamente.