Coppola está siempre muy, muy, muy por encima de los pobres crÃticos que no han entendido nada, y, enfadados con su propia mediocridad e incultura, hacen una valoración negativa antes de emborracharse y querer olvidarlo todo. Si no fuese por la "cultura oficial", la mayor parte de esos crÃticos confesarÃan que El Quijote (del cual sólo han leÃdo pocas páginas) les ha parecido irremediablemente superficial, pretencioso y aburrido. Megalópolis en una pelÃcula que quedará par la historia del cine, y más aún, para la historia de la decrepitud de la civilización de la que forman parte esos crÃticos y la masa mediocre que va al cine a "pasar el rato". Simplemente, no han entendido nada. La pelÃcula es un broche al estado actual de nuestra civilización, y una llamada a la esperanza basada en la consideración de un futuro de unidad y respecto entre todo lo existente (megalo-eon), como si todos llegásemos a constituir un único individuo redimido por el amor.