Al principio, me costó entrar en la música que aquí proponía Santana, cuyo estilo se alejaba bastante de los anteriores álbumes, pero, a medida que lo fui escuchando, me fue pareciendo un excelente disco, lleno de misterio y misticismo que te hace viajar a otros mundos y dimensiones. En definitiva, lo considero el mejor disco de Santana, sin desmerecer ni mucho menos los tres anteriores.