El libro tiene un lenguaje rimbombante de manera absolutamente innecesaria. A la vez las ideas son repetitivas y muy desordenadas, pero lo peor es ir hasta la página 30 y tener que leer como la autora sigue sustentado, una y otra vez, el porqué existe este arquetipo de la mujer salvaje y porque es ella apta para hablar del tema “apropiadamente”.