Nos recuerda la discriminación. Los padres de orÃgenes judÃos que solo querÃan salvar a sus descendientes mediante la educación y un apellido que pudiera defenderlos de lo que sus raÃces los condenarÃa en una sociedad en que es lo más importante para sobresalir y triunfar. Por tanto el descuido y desatención de lo que los jóvenes necesitaban, amor, identidad, desarrollo de habilidades, comprensión. Dos colores de piel en igual incomprensión y miedos. Nos recuerda la inocencia de El niño de la pijama a rayas, en que la inocencia y amistad no sabe de color, de apellidos, de orÃgenes ni odios. Un abuelo que es el soporte de un niño, pero que deja a la deriva al fallecer. Un niño que tiene por un lado a dos padres que velan por su futuro pero no le preguntan qué es lo que quiere, un amigo de color, su único y mejor amigo, incomprendido como él. Y la voz de un abuelo que le daba consejos inspiradores para despegar como la nave, e ir por sus sueños, pero que el argumento en sà crea una contradicción desde los consejos en vida del abuelo, que es una escuela privada que hará un profesional con relaciones importantes y por ende asume, y que también puede ser artista y marcar sus pinturas con su firma. Lo que el niño comprendió al final, fue que ni sus padres tenÃan fe en él, y que su hermano mayor era más capaz e inteligente, comparándolo con decepción. El niño al saber a su amigo preso, y rescatado por su padre por una deuda del policÃa que lo detuvo, ve la realidad del sistema. Un niño solo y negro no tiene escapatoria. El final se entiende, como un niño blanco que también está solo, era él, sus sueños, su talento y la incomprensión de una familia, un sistema educativo, y la sociedad. Es asà como se entiende que decide escapar, y seguir su camino, ... feliz