Es una especulación sobre un encuentro que nunca aconteció, entre Breuer y Nietzsche, y el intercambio que pudo ser, mezclando filosofía y psicoanálisis y con un eje central: la soledad. El intercambio ocurre en 1882. 7 años después Nietzsche lloraría verdaderamente abrazando a un caballo (“Mutter ich bin dumm" se le oyó decir, según diversos testimonios), pero el libro no recoge este episodio sino que ficcionaliza a un Nietzsche lúcido y curado. Por momentos el filósofo parece impostado, aunque el autor cuida bien las referencias a su obra y su estilo. A su vez aparece un joven Freud. Interesante novela pero muy ambiciosa.