Angie Hoyos Orozco

Mucho más de lo que esperaba. Las actuaciones son impecables y se sienten reales, no solo convincentes. El formato de documental es perfecto para mostrar el terror desde un ángulo diferente y entender las emociones y opiniones de los personajes. Habla de mucho más que solo muertes, sino de un contexto social más monstruoso aún que lo que asechó a Francisco esa noche. Muy recomendada.

Es una película que lucha desde el concepto. Desde el origen cristiano de Eva y la manzana, la protagonista no puede ganar. La iglesia (encarnada en el padre) la culpa; los mayores (en el que le alquila la casa) la mira hacia abajo como a una niña; aún los pequeños la humillan; y quién tiene más cerca la maltrata. El movimiento entre un pasado que la acosa (representado de manera hermosa en un color naranja cálido) y esa otra realidad (en un verde vibrante que nos pone a debatir sobre el poder dado "naturalmente" al "hombre" y esa otra figura femenina que está atrás pero con igual fuerza en la naturaleza) nos muestra la lucha de la protagonista con el concepto patriarcal. Una protagonista fuerte, pero con una emoción profunda, que hace lo que tiene que hacer. No es perfecta y, sin embargo, explora su dolor profundo y contradictorio. Y el/los antagonistas son complejos, especialmente porque se conciben a sí mismos como víctimas. Parece imposible derrotarlos, y sin embargo, la pugna no se detiene. Hay mucho más que abordar sobre esta película, pero estás son mis primeras impresiones. Vale la pena ver varias veces y discutir entre amigos.

Una pregunta que no sabía que necesitaba responder. No se trata de muertes morbosas, y está lejos de la acción. Pero si lo que te interesa es el duelo, y el terror emocional de enfrentar a la muerte inconclusa es el lugar perfecto. Duele, más que aterra. No necesita de muchos diálogos o explicaciones detalladas de qué está pasando para que te pongas en el lugar de los personajes. No sé trata de entender sino de sentir.