Rescatable además del mensaje cuestionador (de un mundo que de tanto consumir termina consumiéndose a si mismo) es el manejo -sobre todo al principio de la pelÃcula - de las cámaras y los enfoques y desenfoques, que parecieran motivar en el espectador la búsqueda de otro punto de vista. Sin embargo los diálogos de los varios binomios que surgen y se extienden excesivamente en el tiempo, aun cuando buscan superar el clima de desconfianza mutua que reina en el ambiente, una vez la confianza se obtiene, ocurre un nuevo suceso inesperado que busca revivir en forma forzada el suspenso perdido en la modorra de la platica. Fugaz la crÃtica al imperialismo yanqui, que sugiere sutilmente que el paÃs del sueño americano se ganó su mala suerte y ahora está pagando las consecuencias por la alianza & venganza de todos los enemigos que el mismo ayudó a crear. Al final (con unas cámaras ya ahora demasiado centradas y enfocadas en el desenlace) se obtiene un cierre "hollywoodlesco" que parece burlarse de si mismo: quisiéramos "dejar el mundo atrás" (ese mismo que tanto odia la publicista), pero preferimos retornar a la burbuja del aislamiento, la comodidad, la avaricia y en suma el egoÃsmo que -con soberbia consideramos- bien nos diferencia del reino animal.