La vi y digo que es muy disfrutable, Disney regresa a la pantalla grande con la esperada, pero innecesaria, secuela de Moana, una película que busca extender el universo de la valiente navegante polinesia. Si bien la primera entrega marcó un hito con su frescura narrativa y su poderosa banda sonora, esta segunda parte toma un rumbo más reflexivo y emotivo, centrado en la madurez, la responsabilidad y la familia.
En “Moana 2,” nuestra heroína ya no es solo la líder de su pueblo. Ahora, la llegada de su hermana Simea la convierte en una figura materna y protectora, enfrentándola con dilemas más profundos. La dualidad entre su deseo de aventura y su compromiso con los que la rodean, especialmente con su familia, es el núcleo emocional de la trama. Moana, quien en la primera película partió sin mirar atrás, ahora debe decidir si deja todo nuevamente o si se queda, como lo destaca la nueva canción que evoca ese conflicto interno.
En cuanto a la animación, Disney demuestra nuevamente que no tiene rival: cada detalle, desde las texturas del agua hasta las expresiones faciales de los personajes, es un deleite visual. Las canciones, aunque insoportables en mi opinión, no alcanzan el nivel icónico de la primera entrega, como la inolvidable “Canción de los Ancestros”. Sin embargo, cumplen su función y acompañan bien la narrativa.
Aquí llegan los SPOILERS así que sáltate mas abajo por si aun no la viste.
Si bien los nuevos personajes aportan humor, su presencia se siente más decorativa que funcional. El regreso de Maui, por otro lado, es exactamente lo que se espera de él: carismático y divertido. El villano, desafortunadamente, carece de profundidad y fuerza narrativa, quedando como un antagonista genérico que no deja una huella duradera.
La película sorprende con un giro inesperado: Moana, tras un sacrificio heroico, muere y es revivida como una semidiosa. Es una de las escenas más bellas de la película y, sin duda, una de las que más quedará en la memoria del público. Este momento no solo resalta la narrativa emocional, sino que también refuerza el mensaje central de la película: la familia y el compromiso trascienden todo.
Hay una escena post-créditos, abre la puerta a una posible tercera parte. Con Moana como semidiosa, el universo podría expandirse aún más, explorando nuevas aventuras y desafíos. Aunque esta segunda entrega originalmente estaba concebida como una serie, su conversión al formato cinematográfico fue un acierto.
Moana 2 no es la mejor secuela de Disney, pero tampoco una decepción. Refleja el compromiso del estudio por mantener viva una historia que inspira y emociona. Si bien algunos elementos, como el villano y los personajes secundarios, podrían haberse trabajado más, la película brilla por su enfoque en las relaciones familiares y su impecable animación, aun no te ganas mi perdón pero si esta secuela fue entretenida y le doy 7/10, no es de las mejores del año pero si una buena película para pasar el rato.