Desde el inicio, Amazon aseguró que la serie serÃa una adaptación de las obras de Tolkien, pero esta afirmación resulto engañosa. Si bien toma prestados algunos elementos del legendarium, la narrativa se aleja notablemente de la esencia de la obra del autor. En lugar de rendir homenaje a su universo y a sus personajes entrañables, la serie opta por crear una historia propia que, aunque intenta ser ambiciosa, se siente desarticulada y carente de cohesión.
Uno de los mayores problemas narrativos es la multiplicidad de historias presentadas. La serie salta de una trama a otra sin darles el desarrollo adecuado, lo que impide que los espectadores se conecten emocionalmente con los personajes. Esta falta de profundidad hace que, a pesar de sus esfuerzos por presentar una variedad de subtramas, ninguna de ellas logre resonar. Las historias parecen más un intento de complacer a diferentes audiencias que una búsqueda sincera por contar una buena historia.
Por otro lado, aunque los efectos visuales y la ambientación son innegablemente impresionantes, estos aspectos no son suficientes para salvar a la serie de sus deficiencias narrativas. Las vistas panorámicas de la Tierra Media, el diseño de producción y los efectos especiales destacan como los puntos fuertes, pero la falta de una narrativa sólida lastra la experiencia general para los fans de la obra de Tolkien.
Para terminar, el verdadero problema no radica solo en que hayan alterado el universo de Tolkien a su antojo. Lo más preocupante es que, al hacerlo, han creado una historia que queda muy por detrás de la original. Han sustituido una narrativa atemporal que ha fascinado a generaciones diversas por una trama convencional y sin profundidad, que se desvanece de la memoria en cuanto termina de verse.