Es una falta de respeto que usen referencias históricas y culturales de nuestra identidad nacional (México) para un grupo de personajes mal llamados "mayas" y un dios Kukulcán que se humilla en la pelÃcula, sin otorgarle un poco de valor a la gran inteligencia matemática, astronómica, o filosófica reduciéndolo a un grupo resentido huidizo sin los valores que distinguen al pueblo de México al interactuar con otras culturas y naciones.
Esta pelÃcula está completamente errada en la imagen que presenta del pueblo originario de la penÃnsula de Yucatán, a saber, los mayas. Los presenta como un pueblo timorato y resentido, que huye, se esconde, incuba coraje contra los otros y solo espera el momento preciso para vengarse.
Es indignante que con el personaje principal quieran emular a Kukulcan, a un personaje más elevado en la cosmogonÃa mesoamericana; ya sea visto como dios o como nivel elevado de consciencia, Kukulcán es una figura de autoridad y respeto que para nada tenÃa tintes violentos o de venganza porque Kukulcán es civilizador, no bélico principalmente. Y es muy significativo que a la máxima figura de autoridad de nuestra cosmovisión originaria la retraten rindiéndose doblegado y casi suplicante contra el adversario.
Los gringos no tienen identidad histórica y cultural, por lo que no sienten identificación con manifestaciones vivas de convivencia ni con atalayas históricas que los unan; Su identidad y fidelidad está unida al dinero, y a un sentimiento de superioridad y dominación que procuran dejar claro en cualquier propaganda que generan, eso es lo que los mueve, y no tienen ningún inconveniente con mal interpretar, distorsionar o mentir, si eso les genera dinero. Es nuestro deber exigir respeto por nuestra historia, nuestra cultura y nuestra imagen presente, y no permitir que se mancille con propaganda pobre y desafortunada.