La única estrella de esta pelÃcula es para Phoenix que, como nos tiene acostumbrados, maneja la transmisión de emociones a través de un gesto, una mirada o un movimiento. Pero si la primer pelÃcula merecÃa cinco estrellas, esta definitivamente se lleva sólo una.
En mi opinión, la psicologÃa, mente y enfermedades de Arthur quedaron claras en la primer entrega; hasta empaticé más con él. TenÃan la oportunidad de desarrollar un villano mega complejo en un montón de sentidos y decidieron seguir con un tópico que parece dar vueltas y vueltas sobre sà mismo durante las 2 horas y media de pelÃcula.
Si nos ponemos a pensar, podrÃan habernos contado su situación en la cárcel, cómo conoce a Lee y el final en quince minutos. Las canciones ayudan a estirar el filme hasta más no poder, carecen de sentido, no aportan ninguna información, Harley repite dos veces durante diferentes diálogos que "constuirán una montaña" y luego tenemos una canción de tres minutos en la cuál la letra repite que construirán... ¡adivinaron! ¡una montaña!
Harley es párrafo aparte.TenÃa esperanza que Lady Gaga iba a ser una excelente Harley Quinn, sin embargo, el personaje quedó superficial, sin profundidad, sin complejidad, lo que me parece absurdo ya que, junto con el Joker, ¡son la pareja de villanos más enmarañada y trastornada! No explican cómo se vuelve asà o cuáles son los fundamentos.
Teniendo tantos recursos para explotar, eligieron girar sobre la misma temática durante horas. Una temática que ya estaba bien explicada. Eligieron poner a los personajes a cantar en lugar de darles tiempo para desarrollarse.
La primera pelÃcula tenÃa el balance perfecto y de calidad entre lo artÃstico y la versión agresiva del Joker de los cómics. La segunda, en cambio, no tuvo ninguno.