Su punta de lanza es sin dudas la música. Se repite incesantemente en tu cabeza una vez finalizado el filme. La animación y la historia no es nada novedosa. Pero la minuciosidad con que reflejaron las escenas de la Habana es impresionante, las monedas del sombrero, las baldosas del suelo en la casa del anciano, el interior del refrigerador y otros muchos detalles, no pasaran inadvertidos para un cinefilo exigente, y menos aun para un cubano. Recomendable este filme