Me enorgullezco en admitir que la odié. Aún tratando de no descontextualizar a una pelÃcula de hace casi 30 años, no puedo evitar notar que tanto antes como ahora victimizar al victimario sigue teniendo la misma forma que siempre. Un protagonista cobarde y egoÃsta, hasta podrÃa decir infantil, es puesto como vÃctima y héroe. Las vÃctimas son todas las personas que lo rodean, quienes se ven afectadas por todas sus malas decisiones, que llevan al dolor, sufrimiento y muerte de todos aquellos que lo amen. Y eso es lo peor, que lo aman y lo idólatran cuál héroe. Lo único bueno es la música.