Siempre la autoficción mostrado con arte genera reverencia, más cuando coincide con matices de otras historias como la célebre ET y la no tan apreciada (de mis favoritas) el Imperio del Sol. Desde allà ya tiene su valor, más cuando se concentra en algo sagrado para los creadores: su vocación (el tema). Pero se acrecienta, cuando se escoge como género el drama-comedia y eso le da un matiz muy bueno porque hace creÃble ese prefinal memorable de la charla del genio Jhon Ford con otro futuro genio: Steven Spielberg. No supera para mi gusto, las célebres, La Liista de Schindler, Tiburón y Salvando al soldado Ryan. Tampoco, comparable por su sensibilidad en el mismo tema de la vocación por el cine, de la icónica, Cinema Paradiso. Pero igual, es una pelÃcula valiente, fresca y a quienes somos en alguna medida creadores nos hace salir con una sonrisa. Calificación 8/10