La pelÃcula sà es mala, de hecho es insoportable, y desafortunadamente nuestro gran Keanu interpreta el papel de idiota, pero expone algunos temas que serÃan interesantes de discutir como sociedad. Aun asÃ, no deja de ser una perdida de tiempo. El guion es sumamente irreal. Por un lado, banaliza temas en extremo delicados y juega con estereotipos de manera equivocadamente contrastada. El film provoca ansiedad, pero incluso también parece un retrato fiel de lo que hace Estados Unidos y su gobierno sionista en el mundo: Se meten a tu casa, se quedan de forma abusiva, torturan a sus ocupantes, amenazan, extorsionan, expropian y todo ello mientras se hacen las vÃctimas.