Una visión tímida del futuro, arrastrado por el progreso tecnológico, donde el arte pasa al "VAGÓN DE CARGA". CREO que Vernes avizoró lo que nadie se atreve a expresar, el fin de la novela en su formado moderno del siglo XIX y principios del XX: HOY la novela se sumergió en la crónica periodística, la biografía histórica (Ludwig, Graves, etc), la nanonarrativa de simposios y cenáculos, el negocio iditorial y los fans del proselitismo del tercer género, los novelistas del mundo feliz, que cultivan el ego amanerado, usurpando el sillón de la Academia de Letras, del sicólogo, y sirven al Bestsellers de los réditos, erigiendo las antiguas ruinas de la idiotez, del sinsentido, lo tras y post mundano, cercenando las alas del Espíritu.