Una decepción tremenda, sobre todo por el desperdicio de talento y plata en semejante elenco y producción, para terminar filmando una retahÃla de clichés, lugares comunes, retratos ambiguos y , para peor, una historia liviana tejida sobre metáforas gastadas que no hace mucho más que señalar a una determinada iglesia sin tocar jamás el tema de la que realmente representa el poder y el problema en este paÃs. Un culebrón con pretensiones de realismo mágico predecible hasta el bostezo, no apto para personas ateas o medianamente objetivas, que si no fuera por los mano a mano entre algunos de los actores no deberÃa durar más que, como mucho, 15 minutos.
Es una pena que no te puedan devolver las horas perdidas en la cosa esta.