La pelÃcula me traslado primero a los ochenta cuando jugaba con las Barbies, ese mundo de color de rosa ideal, dónde todas eramos Barbies. Pero aún me sentà más identificada con mi adolescencia los 90, esos " piropos" que te echaban por la calle, de camino al instituto con 16 añitos , esos gritos de obreros, ese " no te cabe na", ese " quien fuera sillón de moto"..., Esas profesiones que eran de " hombres" o " mujeres".
Sin duda muchas de nosotras nos sentiremos muy identificadas con esta pelÃcula.
Quiero pensar que nuestra lucha ha dado sus frutos y que lxs jóvenes que vean está pelÃcula no la van a entender.