La película Joker 2: Folie à Deux no es buena, es magnífica.
Estoy convencida de que quienes no la disfrutaron no lograron ver su profundidad psicológica. La película aborda el verdadero análisis de los trastornos disociativos y las dinámicas complejas entre los personajes.
En Joker: Folie à Deux, Arthur Fleck no es solo un hombre roto por la sociedad; es un individuo que ha fragmentado su realidad para sobrevivir a un dolor que no puede procesar. Las críticas que la ven como “confusa” o “inconexa” no captan que lo que muestra es la fragmentación psíquica, no un musical. Arthur no solo se disocia de la realidad, sino que entra en un espacio de “folie à deux”, una psicosis compartida, donde su relación con Harley Quinn refleja sus traumas más profundos.
El estilo musical deja claro que la música es una herramienta fundamental para evadir la realidad en muchas personas con traumas. En la película, la música representa su desconexión del mundo y su búsqueda de un escape emocional. Este recurso, lejos de ser superficial, es esencial para entender su psique fragmentada y cómo lidia con el caos interno. Si la música desconcierta al espectador, es porque revela la distancia entre lo que Arthur siente y lo que vive. La película es tremenda.
El título Folie à Deux tampoco es casual. La relación entre Arthur y Harley Quinn, también trastornada, es un claro reflejo de cómo los traumas compartidos pueden alimentarse y potenciarse mutuamente. Harley representa un tipo de trauma que proviene de la clase alta. Su vínculo no es la locura superficial de dos personas caóticas, sino una conexión profunda donde ambos se reconocen y llenan los vacíos emocionales del otro, creando una dinámica de destrucción y codependencia. Al criticar la película sin considerar esta relación en su totalidad, se pierde el análisis psicológico esencial: la locura compartida es un fenómeno real y devastador cuando dos personas con traumas no resueltos se encuentran y se reconocen en su dolor. Tal vez, si más personas acudieran a la psicología con enfoque en trauma (EMDR), podrían comprender mejor las capas profundas de películas como esta, que nos invitan a reflexionar sobre lo que realmente sucede en el interior de una persona rota.