Una pareja "pijipi" quiere separarse y pretende organizar una fiesta para celebrarlo. Mientras fuman y beben whisky van avisando a amigos, para que acudan.... Y FIN.
Este tipo de "desvarÃos mentales"
(que a este bodrio, pelÃcula no se puede llamar) hacen mucho daño al verdadero cine, porque el público sencillamente deja de acudir a las salas.
Pero claro, al tener un apellido ilustre y dinero, el director se permite presentar este "artefacto" digno de guionistas ingresados en centros de desintoxicación/salud mental.
Impresentable no, lo siguiente