OBRA. MAESTRA. 10/10
Auditivamente es envolvente y arrasadora, y visualmente es impresionante: las tomas y secuencias aéreas están perfectamente logradas sin abuso de pantallas verdes y/o de efectos digitales, apegándose a lo clásico de utilizar efectos prácticos pilotando de verdad las aeronaves de combate que aparecen en pantalla, que aunque conlleve el triple de esfuerzo, los resultados finales siempre acaban siendo mucho más satisfactorios y realistas, y es muy gratificante saber que los estudios, o al menos, algunos de ellos, aún se preocupan por este apartado en una industria tan enfocada en los últimos años en priorizar la cantidad sobre la calidad, demostrando una vez más que lo que se quiere hacer bien, se hace bien.
La construcción de los personajes y sus motivaciones personales son todas muy buenas, y realmente empatizas por ellos aunque no los conozcas del todo (ya que realmente no sabemos nada de sus vidas personales y la pelÃcula no te cuenta nada de eso, pero evidentemente no es necesario del todo), y eso habla de que realmente están elaborados de forma en que deseas a toda costa que logren la misión y de que sobrevivan a la misma, lo cual es algo que no todas las pelÃculas logran. El "duelo personal" entre Maverick y Rooster es sin dudas la relación mejor construida por el guión, pero no entraré en detalles para no spoilear.
Lo último que quiero destacar es su banda sonora. Realmente, creÃa que canciones legendarias como "Take My Breath Away" o "Playing With The Boys" no podrÃan estar siquiera cerca de que alguna otra estuviera a su altura, pero vaya que me equivoqué al respecto. "Hold My Hand" de Lady Gaga es simplemente hermosa y pasional y pisará fuerte como mejor canción original en los Óscars del 2023, mientras que "I Ain't Worried" de OneRepublic perfectamente encaja con la secuencia donde nos la muestran, demostrando que las nuevas canciones no fueron seleccionadas y producidas porque sÃ, sino que se esforzaron en que la música pudiera convertirse en algo igual de icónico. El soundtrack de la original de 1986 sigue siendo levemente mejor, mas que todo por el factor nostálgico y ochentero, pero esta secuela no tiene absolutamente nada para envidiarle.
En resumen, esta pelÃcula es la receta de la secuela perfecta: Potenciar todo lo que hizo única y genial a la primera, aprovechando los avances tecnológicos, a personajes ya establecidos profundizarlos y hacerlos todavÃa más apreciables, e incluir otros nuevos igual de carismáticos y atractivos que los vistos en la original, y eso sin mencionar la emotiva escena del regreso de Val Kilmer como Iceman, realmente, casi echo una lagrimita ahÃ. Uno de esos casos muy raros donde la secuela supera en lÃneas generales a la original en casi todos sus apartados, y con creces. No pueden perderse esta pelÃcula, ni siquiera necesitan haber visto la original para apreciarla, ya que igual es una magnÃfica pelÃcula en sà misma.