Es uno de los mejores relatos de Asimov. Tiene varios aspectos a tener en cuenta. El primero y más obvio el de los automóviles autónomos. El segundo el de la violencia de género, y el tercero el ser uno de los pocos, sino el único) de los cuentos en dónde los robots no cumplen las 3 leyes de la robótica, aunque tienen cerebros positrónicos.