Es mi libro de cabecera. Lo leí por primera vez cuando transitaba un cáncer de vejiga que me llevó a reveer mi vida con un sin números de por qué.
Con este libro logré encontrar paz y conocer el poder del perdón y la sanación. A los 51 años, después de 29 años de duelo por la muerte de mi padre en un accidente pude darle el adiós con alegría y paz. Lo leo siempre. Con el encuentro a Dios y su misericordia y entiendo a la vida con sus alegrías y dolores.
Me ayudó a sanar y a perdonar.